GOLF EXTREMO: Elfego Baca Shootout

Golf, aventura y desafío.

Asociamos el golf a verdes praderas, fairways bien cuidados y greens impecables. Pero el Elfego Baca Shootout es otra cosa: una prueba extrema y una combinación entre deporte y aventura, un torneo nacido en los riscos de Nuevo México que desafía los límites de lo que consideramos un "campo de golf".

Cuatro horas para hacer un solo hoyo

A diferencia de los torneos convencionales, el Elfego Baca Shootout es un evento de un solo hoyo, pero no de un "simple hoyo" sino que el recorrido es de cinco kilómetros de descenso desde una montaña, con terreno abrupto, obstáculos naturales y condiciones extremas.

El torneo lleva el nombre de Elfego Baca, figura legendaria del viejo Oeste, famoso por resistir en 1884 el asedio de una multitud que le disparó durante horas sin que resultara herido. Con el tiempo, adquirió el estatus de mito local, y su nombre fue adoptado para este singular evento de golf.

  • Los golfistas son conducidos en todo terreno hasta la cima del Socorro Peak (o "M Mountain"), a una altitud de  2 220 metros y ejecutan el primer golpe desde una plataforma de madera.

  • El destino final es un círculo marcado en el suelo desértico, situado a una distancia de cinco kilómetros montaña abajo (el desnivel vertical es de 777 metros).

  • El precio de inscripción es de 100 dólares y los participantes disponen de 10 bolas para intentar llegar al objetivo. 

  • A cada jugador le asignan tres "spotters" (observadores) distribuidos por la ladera para ayudar a localizar las bolas (el tiempo límite para encontrar una bola es de 20 minutos).

  • El equipo habitual de los golfistas incluye botas de montaña, sombrero, camisa de manga larga, pantalones largos, aerosol para insectos, pinzas para sacarse las agujas de cactus, un kit de primeros auxilios, prismáticos y walkie-talkie, además de un viejo driver y un hierro medio.

  • El récord documentado es 9 golpes, logrado por Mike Stanley. Y el promedio de los participantes suele rondar de 18 a 21 golpes.

  • El agradable recorrido incluye serpientes de cascabel, mosquitos negros, escorpiones, cactus, viejos pozos de minas, cañones ocultos, acantilados y un calor superior a 40º. Simplemente terminar la prueba sin la asistencia del equipo médico de emergencia se considera un logro.


  • En realidad se asemeja a los orígenes del golf

    La verdad es que el Elfego Baca rememora los orígenes de nuestro juego, cuando los campos acondicionados y exclusivos para la práctica del golf no existían, sino que lo habitual era establecer un objetivo lejano como un árbol, una piedra, una casa o el pueblo vecino, e ir golpeando la bola hasta alcanzarlo. 

    Este tipo de juego tiene hoy en día sus adeptos, una modalidad que retrotrae el golf a su esencia más libre y natural: se trata del golf cross country o golf campo a través.

    De hecho, en el blog Crónica Golf, nos cuentan que en 1830 William Holcroft, apostó a que llegaría desde el tee del 1 de St. Andrews hasta la localidad de Cupar (a 14 kilómetros de distancia), en menos de 200 golpes. Y ganó la apuesta.


    O Freddie Tait, bicampeón del British Amateur, quien en 1898 se apostó (ya se ve que estas cosas van del típico ¿a que no hay huevos de...?) a que haría en menos de cuarenta golpes el recorrido entre el Royal Cinque Ports Golf Club hasta el Royal St George's Golf Club. La distancia era de cinco kilómetros. Y con su golpe número 32 atravesó una ventana de la casa club del Royal Cinque Ports.


    Ya en 1953, 150 golfistas participaron en un torneo de un solo hoyo, la salida estaba en el tee del 1 del Cill Dara Golf Club en Kildare (Irlanda) y la bandera en el hoyo 18 del Curragh GC, a ocho kilómetros de distancia (8.800 yardas). Y de forma muy cachonda ofrecieron un premio de un millón de libras a quien lograse un hoyo en uno. ¡Sí, claro!

    En tiempos más recientes está el caso de Floyd Rood, creador de la modalidad "highway golf" (golf en la autovía), quien en 1964 cruzó Estados Unidos, desde California hasta la Costa Este (5.468 kilómetros) golpeando una bola de golf. Su registro fue de 114.737 golpes, aunque su protagonista consideraba que el par del "campo" era de 200.000 golpes, por lo que hizo un 85.000 bajo par (a ver quien lo supera). Ah, por cierto, en su breve trayecto perdió solamente 3.511 bolas.